Números rojos
Recientemente, en su cuenta de Twitter la alcaldesa de Bogotá expresaba que lo importante ahora es la salud y la vida. Nadie en sano juicio diría lo contrario o se atrevería a cuestionarla. Sin embargo, cierra su mensaje con una sentencia: lo material se recupera. Eso también es cierto, lo material se recupera. Quizás el asunto es que no sabemos en cuánto ni a qué costo. Pero más allá de esa aseveración de la alcaldesa, queda en el ambiente que lo económico es simplemente un asunto de producir bienes y servicios. Es una maquinita que produce cosas que se venden y compran, pero que si se apaga hoy, se puede encender mañana o en un mes. Esa visión simplista de la economía es, cuando menos, cuestionable, pues no toma en consideración lo que alrededor de la vida productiva se gesta: proyectos personales, salud mental y, en no pocos casos, afianza la convivencia y la seguridad. La pobreza es uno de los grandes flagelos de la humanidad y, estamos seguros, no se limita a una carencia material