Cali, ley y justicia
El asesinato de un hombre, que llevaba a su hija al momento del atentado, ha conmocionado a Cali. No sólo por la extrema barbarie del hecho sino porque resultó implicada una menor de edad, prácticamente una bebé, quien perdió a su padre y por poco pierde su vida. Más allá del caso puntual, este es otro episodio de una ciudad que no logra salir de la espiral de violencia en la que está inmersa desde hace más de dos décadas y que parece una herencia maldita del narcotráfico, del conflicto armado y de sus efectos en la región. A esto se suma un aumento de los hurtos callejeros y de la percepción de inseguridad de los ciudadanos, lo que hace que hoy se crea de forma generalizada que vivir en Cali es estar en una situación de constante peligro. Hay que empezar por entender los determinantes del delito en Cali: por un lado, sin duda que la influencia del negocio de las drogas ilícitas sigue siendo la variable que más incide en la violencia y la criminalidad en la ciudad. Por un la