Estado en ciernes
Cada cuatro años, el primero de enero, llegan los nuevos gobiernos locales y regionales. A diferencia de la inauguración de los gobiernos nacionales, que suelen ser en agosto, en Colombia las administraciones locales inician un 1 de enero y terminan un 31 de diciembre, cuatro año después. En principio, esto pareciera que no tiene ninguna trascendencia. Y no debería tenerla, porque en la práctica es sólo un cambio de administradores públicos, no debería por qué detener o afectar los servicios públicos. Sin embargo, poco a poco asistimos a una realidad que amerita un análisis: con los cambios de gobierno, se afectan los servicios y trámites que prestan las administraciones y se pasan uno, dos y hasta tres meses con un Estado en lo local funcionando a media marcha. Para comprender esta situación, conviene tener presente que el Estado ha definido un principio legal que regula el gasto público: el principio de la anualidad. Todo gasto y proyecto, en general, debe desarrollarse e