El día después
Avenue Jean Médecin, Nice, France. Tomada en noviembre de 2019. Cada 31 de diciembre solemos poner sobre la mesa una serie de propósitos e intenciones de cambio. Algunos clásicos como hacer dieta, viajar a un lugar anhelado o ir al gimnasio, pero en general todos con una intención de hacer el año nuevo uno, además, mejor. Implícito va el cambio. Un ritual que no falla y que, en cualquier idioma o cultura que comparte esta tradición, tiene unas implicaciones notables en la mente de las personas, supone un balance de lo corrido, pero también un propósito para lo que viene. El cambio es inherente a la condición humana. Hemos cambiado la forma en que vivimos, en que producimos, en que nos relacionamos, en que entendemos el mundo e incluso ese cambio se ve reflejado en el entorno, en el ambiente y hasta en los hábitos. No obstante lo anterior, los cambios sociales han tomado tiempo. No dejamos de ser nómadas para volvernos sedentarios en una noche, así como no fundamos ciudade