El chivo expiatorio
Cuenta la tradición israelita que los judíos tenían como costumbre elegir a dos chivos. Al azar, uno de ellos era sacrificado por el sacerdote del rito como ofrenda a Yahveh. El otro era cargado con todas las culpas del pueblo de Israel, entregado al demonio Azazel. Era abandonado en el desierto, insultado e injuriado. Era el chivo expiatorio del pueblo. De maneras como esta, se purificaban de las culpas a aquellas almas acongojadas por medio de sacrificios. En días anteriores asistí a un evento que a primera vista en nada se asemeja al ritual antiguo de Israel. Congregó a cientos de personas de todo el continente y en uno de sus módulos el sistema económico liberal, popularmente llamado capitalismo y neoliberalismo , recibió toda clase de insultos. No pude dejar de pensar que el sistema y las relaciones de producción en las sociedades económicas modernas ha sido tomado por muchos -no sin algo de ligereza-, como el clásico chivo expiatorio. El Capitalismo, tal y como lo conoc