Río revuelto
Hace muchos años Colombia no se encontraba tan agitada por cuenta de una decisión del Congreso de la República. La reforma a la justicia, un acto legislativo controversial y de cocción truculenta, es una muestra de la necesidad imperiosa de mirar de cerca a una democracia que, aunque estable, denota disfuncionalidad. No logra explicarse cómo el parlamento colombiano vota y luego se retracta. Pero sí puede decirse que lo ocurrido con el Acto legislativo no es un evento aislado: es la convergencia de hechos erráticos de una corporación que clama urgente una intervención. A lo largo de su existencia, el Congreso colombiano ha estado ligado a los más oscuros episodios de la Historia de Colombia. Enfrentamientos grotescos entre los partidos tradicionales, penetración del narcotráfico, de los grupos de autodefensa y un cuestionable manejo administrativo que hace de esta institución una de las más insaciables consumidoras del presupuesto público. Son 266 congresistas elegidos cada cuatr