Juegos de guerra
Negociar es un arte. Es la habilidad de lograr conciliar intereses en conflicto; ese, me atrevo a decir, es el oficio más antiguo del mundo. Un negociador camina en el filo de la navaja, un paso bien dado garantiza el éxito de un eventual acuerdo entre las partes, una actitud mezquina podría llevar al traste todo esfuerzo de acercamiento. Las matemáticas y la economía, amantes apasionadas en la academia, han sabido modelar con precisión estas interacciones en la intrigante teoría de juegos. Más cerca aún, el nobel Robert Aumann modeló las interacciones que se desarrollan en varios periodos. Un juego se da en un único tiempo entre dos agentes, normalmente, que perciben unos beneficios de sus decisiones y que reconocen que el beneficio del uno es el costo del otro. Un agente puede pensar que su beneficio es el mejor incentivo para actuar, pero si conoce las estrategias de sus contrincantes y sabe que una decisión individual afecta el juego, es decir, sus movimientos se hacen en función