No es una crisis, pero es una alarma
Cali no está en una crisis económica. Aunque el error realmente es pensar que hay que esperar a una crisis para tomar decisiones y actuar. La economía regional se espera que crezca un punto porcentual por encima de la media nacional (el pronóstico para el PIB de Colombia se sitúa entre 3,2% y 3,6% para 2015), la tasa de desempleo ha tenido un descenso importante y la inversión extranjera no ha dejado de llegar a la región. No hay una tendencia a la destrucción de empleos y tampoco hay una huída de empresas, como algunos tremendistas han querido señalar. Pero sin duda, el choque del cierre de la planta de Chiclets Adams, que se suma a la salida de la francesa Michelin y la alemana Bayer ponen de manifiesto una realidad compleja y que nos debe mover a una reflexión interna sobre cómo esperamos construir el desarrollo de nuestra región. En esencia, lo que ocurre en Cali es un proceso de especialización en el sector terciario: en los servicios y en el comercio. Excepcionalmen