Irracionalidad y Guerra

Lo siguiente fue reportado por la edición electrónica del El Tiempo:
"Cristina Fernández de Kirchner afirmó que la liberación de "todos los rehenes políticos" en manos de la guerrilla de las Farc muestra cuál es el camino a seguir. Fernandez se refirió a ese asunto al ser preguntada durante su intervención en un coloquio en el foro Tribuna Iberoamericana, organizado por la Casa de América de Madrid y la Agencia EFE. Ante la pregunta de qué le diría al presidente de Colombia, Álvaro Uribe, afirmó: "con todo el respeto a Colombia, que no estábamos equivocados cuando decíamos que encarar el canje humanitario era la posibilidad cierta y concreta de liberar a los rehenes de las Farc y lograr o intentar al menos el inicio de un proceso de acercamiento que termine con una etapa muy cruenta de Colombia". "Sin querer inmiscuirme en absoluto en asuntos internos de otro país, creo que los hechos desde diciembre de 2007 a hoy nos dan la razón en cuanto a seguir intentando la vía del dialogo", agregó. La presidenta destacó que con ex diputado Sigifredo López se logró que "todos los rehenes políticos" estén en libertad, y dijo que llamó a la senadora colombiana Piedad Córdoba, "una mujer muy valiente, muy valerosa", para felicitarla por su labor. "Veo al cabo de no tan largo tiempo cómo estábamos en el camino acertado y cómo lo que muchos tomaron como una broma, se equivocaron, afortunadamente, una vez más". Cristina Fernández explicó el empeño en lograr la liberación de la ex candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt, que se había convertido en "el símbolo del cautiverio". También defendió que "frente a la violencia y la irracionalidad, no hay que responder con violencia e irracionalidad", porque esa actitud "les legitima" a los violentos y hay que evitar "dar una respuesta simétrica", lo que consideró una "buena fórmula frente al terrorismo". "Si hacemos lo mismo que ellos, somos ellos", agregó.Cristina Fernández de Kirchner concluye hoy una visita oficial a España de dos días de duración.
"Ahora hago yo mi respuesta a este artículo: Evidentemente la señora Fernández de Kirchner desconoce elementalmente el conflicto colombiano. No es culpa de ella, América Latina le dió la espalda durante años al más largo e inútil enfrentamiento armado de la región, no tiene por qué la presidente de la Argentina entender una compleja coyuntura como la colombiana. Y es que el asunto de los secuestrados lo ha empleado esta opaca dirigente con un objetivo aún más difuso que quien lo porta. Desde su posesión hasta hoy, incluido desfile por las calles de París pidiendo la liberación de Ingrid Betancourt, Cristina Fernández ha tratado de alinearse al discurso más ambiguo de los tantos que padecemos en Latinoamerica, tal vez las dadivas económicas recibidas por su país de parte del presidente venezolano calibren su discurso, diría algún comentarista desprevenido. Pero realmente criticar a la presidenta argentina es arar en estéril terreno. El asunto de los secuestrados es simplemente una parte del inmenso problema que supone la existencia de grupos armados como las FARC, esencialmente una peligrosa mezcla de ideologías rancias, narcotráfico, odio irracional y tácticas de terror. Aunque muchos enemigos de Uribe creen que atenuando la acción de las FARC aumentan el argumento de un gobierno paranoico, este grupo no puede ser tratado menos que como elemento desestabilizador, basta con escuchar la amenaza sútil y amable que dió el líder guerrillero a los soldados recién liberados ("hagamonos pasito", entre otras) para entender que estamos frente a un peligro aún poderosamente riesgoso, intransigente y que insiste en desconocer un orden institucional que prevalece aún en la sociedad colombiana, con problemas obvios pero que obedecen más a la omisión de muchos y con absoluta garantía que un fusil galil o una bomba no borrarán. Es dificil entender que algunos se opongan a la labor legítima del Estado de emplear todas las herramientas consagradas en el derecho para repeler a quienes lo desafían por fuera de lo consagrado en la Constitución. Es cierto, defender el Estado por fuera de ella es terrorismo, en el caso de los 'falsos positivos', pero lo que en general hace la política de seguridad es garantizar que el Estado prevalezca, como lo proclama la Carta Magna, que las instituciones prevalezcan y bajo ninguna circunstancia seamos el modelo fallido de Nación que hasta hace muy poco tiempo fue la creencia en el concierto de las naciones del mundo. La revolución ha traido resultados nefastos, no sólo para Colombia sino para todos los países donde se impuso el populismo sustentado en polvora y demagogia que arrasó países ya muy débiles de por sí (remember el dictadorcillo de quinta que rige a Nicaragua). El cambio institucional es aceptable, incluso un Nobel de Economía obtuvo dicha distinción por promulgar la teoría que lleva este nombre, pero proscribir las instituciones en nombre de la Revolución no es sólo un atropello a la academia, es un atropello a la sociedad. Las FARC son delincuentes y deben recibir el mismo trato, un castigo apenas lógico contra quienes quisieron derrumbar los cimientos de la sociedad colombiana para imponer sus pilares de odio visceral e irracionalidad torpe y pendenciera. Los años de romanticismo en que atravesar el continente en moto era símbolo de rebeldía han pasado, hoy estamos en el momento de replantear nuestra estructura social, y ésto supone lejos de fuerza bruta, una alta dosis de inteligencia. Seguro que la subversión carece de ella. Sólo un irracional es incapaz de percibir el odio que se le tiene. Y las FARC parecen ser ese irracional que Colombia odia pero insiste en permanecer desafiante a pesar de la desaprobación colectiva.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El transporte como bien público

Siloé y el mensaje que le queda a Cali

Pobreza, desigualdad y responsabilidad social