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Mostrando entradas de septiembre, 2010

Por la razón o la fuerza

Hay ciertas convenciones sociales que no se explican, tal vez por estar tan ocultas e implícitas en el imaginario mismo de la sociedad que, sin necesidad de estar escritas como ley, funcionan como tal. La muerte de uno de los más sanguinarios y crueles líderes guerrilleros en Colombia, luego de una soberbia operación militar sin muchos antecedentes en América Latina, representa quizás con claridad esa convención social no acordada a la que me refiero. En un país en el que la pena capital no está concebida en su ordenamiento jurídico, la muerte es el castigo que la sociedad hastiada de los delincuentes como el "Mono Jojoy" exige. No es ley, no es un principio jurídico válido, no obstante la muerte se encuentra como parte de una convención no formal que avala que un infractor sistemático y trasgresor de la ley y del Estado de Derecho pueda ser castigado de esa manera por la autoridad estatal como la alternativa para corregir a aquellos incorregibles. La muerte de este criminal

Economic growth: a true success?

In the next 10 years we shall assist to rise of Chile as first developed country in Latin America. In fact, we could certify it by recognizing its membership to OECD and its high quality life level -compared to the other countries in the region- that even Brazil, the biggest south-american GDP, will not get soon. Anyway, we are in front of an unprecedented expansion of Latin America's economies, largely due to high flows of foreign capital that has found in the region an interesting group of large and growing markets. It's not a big lie that Latin America GDP is growing faster than U. S. and Europe economies and seeming to be more dynamic like the Asian countries, except Japan. That's why so many economists around the World are calling XXIst century as "Latin America's moment", as XIXth was the Old European empires century (France, England, Germany) and XXth century was the greatest moment for political, economic and cultural hegemony of America. For an unawar

¿Camino del post-conflicto?

Difícilmente puede describirse un instante en la Historia de Colombia en el cual la tierra no haya sido objeto de pujas entre dos o más bandos, que al final de cuentas terminaron convertidos en actores de un conflicto. Durante el siglo XIX el país padeció cerca de ocho guerras civiles por motivos políticos y sociales, con un panorama en el siglo XX no mucho más halagüeño y que se vio acentuado con los conflictos ideológicos que polarizaron al mundo durante ochenta años. La reforma que propone el Gobierno Nacional es tan ambiciosa como riesgosa. Por una parte supone una capacidad legal e institucional que el Estado colombiano no ha tenido y que no hay indicios ahora que existan además de la existencia de unos costos fiscales muy elevados que pueden servir de claro pretexto para que a su paso por el Congreso la ley sufra toda clase de ataques y modificaciones que se ajusten a la conveniencia de los grupos de poder representados en los escaños parlamentarios. Pero ninguna traba institucio

Las Campanas de Notre Dame

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Hoy no pude dejar de ver con inusual atención al clásico de Victor Hugo adaptado por Disney, el Jorobado de Notre Dame, que refleja con alguna macabra precisión el ambiente que ha impulsado en Francia el presidente Sarkozy, amparada en una extraña idea de seguridad que asocia al crimen con las minorías étnicas, especialmente las poblaciones gitanas que en un gesto bastante deprimente para un gobierno de una nación ejemplo del derecho han sido sometidos a un trato displicente, que concluyó en su expulsión inmisericorde del territorio francés. El relato de Victor Hugo, en su adaptación infantil, empieza con una cruenta persecución que el despiadado y misterioso ministro de Justicia, Claude Frollo, emprende contra la población gitana, representada en una mujer que corre desesperadamente por las callejuelas de la París del medioevo, huyendo de su inquisidor para finalmente morir en las escaleras de Notre Dame, antes de recibir el ansiado asilo que concedía la Iglesia a quienes podrían ver

La función social de la propiedad

¿Cómo se puede decir a un hombre que tiene una patria cuando no tiene derecho a una pulgada de su suelo?- Henry George No es un concepto nuevo. Ya lo había propuesto Keynes en la primera mitad del siglo pasado, cuando propuso que la propiedad, además de generar riquezas y precipitar la acumulación de capital, debería cumplir una función social. Si hace setenta años era válido en los Estados Unidos y la Europa de los años previos a la Segunda Guerra Mundial, resulta mucho más apropiado para una Colombia con visos de post-conflicto armado, pero que se debate aún entre las consecuencias que tantos años de conflicto le han dejado. La función social de la propiedad resulta de una capacidad del Estado de limitar adecuadamente los derechos de propiedad, algo que requiere una administración de justicia por demás eficiente, y que quienes los ostenten aporten beneficios a la sociedad. Es decir, como los propietarios no sólo tienen derechos sino también responsabilidades, deberán hacer uso de la