MENSAJE DE AÑO NUEVO
Los finales de año suelen ser un punto importante para la reflexión. Celebramos lo que hicimos, lloramos a los que se fueron, pensamos en lo que dejamos de hacer y nos proponemos mejorar en lo que fuimos débiles y nos llevó al error. Cada año trae una característica para nuestras vidas y la primera gran invitación que les hago a todos es a pensar cuál será ese valor añadido por el año 2012, cargado de superstición. Para muchos un año nuevo es la oportunidad de tomar un rumbo profesional, laboral, sentimental o personal. El 2011 nos dejó a muchos con grandes transformaciones, sensaciones y deseos cumplidos y otro puñado de ellos por cumplir. No dudo que cada cual esta noche, cuando abrace a sus familiares y amigos, recordará uno a uno los meses que nunca volverán y saludarán a los meses que han de venir. Y lo harán porque saben que ningún año pasa desapercibido por nuestras vidas.
Quiero invitarlos a vivir a la altura de nuestros privilegios. Muchos han sido dotados por inteligencia, capacidad de trabajo, un deseo insaciable de servir a los demás, asistir a un aula universitaria o gozar de las mieles del éxito financiero y familiar. Unos más que otros, pero todos tenemos un privilegio que nos obliga a vivir a la altura de él. Con profundo agradecimiento, pensemos que durante 2011 no nos faltó la comida, ni la vivienda ni el vestido, no nos faltó el estudio, el trabajo ni dinero en nuestros bolsillos. Muchos tenemos el privilegio de tener una familia unida y de contar con amigos que enriquecen nuestras vidas de forma continua. Que este 2012 sea la oportunidad de estar a la altura de nuestras riquezas a menudo intangibles, que no se pueden tasar en dinero, pero que a todos los hacen seres excepcionales. En el año venidero usemos esos privilegios como la herramienta más poderosa con la cual contamos y seamos parte de un mundo que necesita con urgencia que asumamos un compromiso con él.
Esta noche cuando el año viejo muera inevitablemente, celebremos que terminamos este año con el privilegio de la vida, de la salud, de la familia, pero no cerremos nuestros ojos ni los dejemos inundar de lagrimas, para no perder de vista que en 2012 nuestra vida continúa y podemos hacer mucho más de lo que en este año logramos. Con toda seguridad, pongamos a 2012 como la oportunidad de descubrir nuestros talentos ocultos y de explotarlos para beneficio nuestro y de todos quienes puedan hacerlo igual. Seguramente cuando pidamos esta noche aquello que deseamos con genuino sentimiento, seamos conscientes del deber que nos será concedido: si pedimos riquezas materiales, seguramente se nos dará el trabajo para lograrlas; si pedimos amor, tendremos la oportunidad de amar; si pedimos paciencia, tendremos oportunidades para ser pacientes; si pedimos paz, empecemos por aceptar que se nos concederá la oportunidad de vivir sanamente en familia, entre amigos, en el estudio o en el trabajo, desprovistos de intrigas y cizañas. Se nos concederá sin reproche, pero no se nos dará aquello que no estemos en condiciones de recibir. Nunca se nos dará una carga mayor que la que resista nuestra espalda.
A todos deseo un venturoso 2012, cargado de todo aquello que sea necesario para su felicidad. No olviden que las dificultades no estarán ausentes, pero pidan muchos obstáculos para que se les conceda la fuerza necesaria para superarlos. ¡Feliz Año a todos!
Andrés Felipe GALINDO
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