Lo que es historia

La historia como disciplina ha venido a ocupar la atención de los economistas en este 2012, gracias al muy nombrado texto de Acemoglú y Robinson, Por qué fracasan los países, que sin duda es un desafío manifiesto a la teoría económica tradicional. Una de las tesis más relevantes de esta obra es que, sin lugar a dudas, el sistema económico de una sociedad está subyugado y guarda una estrecha relación funcional con el sistema político y la forma en que esta toma decisiones sociales. Y, no hay que perderle de vista, el sistema político generalmente es el resultado de una construcción de relaciones de poder llevada a cabo en diferentes periodos de la historia. Que México sea un país más pobre que los Estados Unidos, a pesar de compartir una frontera enorme, se puede explicar en la misma forma en que los colonos españoles impusieron un modelo de extracción de riquezas mientras los colonos inglesas buscaban tierras para trabajar.  Paradójico que un país relativamente mejor dotado de recursos naturales como México es más pobre que los Estados Unidos, relativamente menos dotado de esos preciados recursos. Poner a funcionar una organización social, bien sea para extraer riqueza o para crearla, implica generar ciertas instituciones que permitan su funcionamiento: unas leyes, reglas, normas, un gobierno, unos dirigentes, unos mecanismos de elección social, entre otros. Según las instituciones que se elijan, ahí se escribe la historia de éxito o fracaso de la sociedad.

En otros términos, la economía se configura conforme a los incentivos que determinen sus relaciones de producción y de intercambio. Veamoslo así: ¿qué determina que, por ejemplo, una empresa de economía mixta amplíe su planta de trabajadores en un mes?, indudablemente una decisión administrativa adobada con política. La Empresa de Acueducto de Bogotá, por ejemplo, amplió su nómina como resultado de una decisión política del Gobierno del Distrito Capital que puso en manos del sector público, de forma fallida, la recolección de basuras y puso como operador a esta empresa, que para cumplir con esa decisión gubernamental debía ampliar su fuerza de trabajo. En conjunto, el mercado laboral y en general los mercados responden a instituciones que, para bien o para mal, configuran el intercambio y la actividad económica de una sociedad. La crisis financiera en los Estados Unidos no surgió de un vacuum, sino que provino de una serie de arreglos institucionales que incentivó la excesiva acumulación de ganancias en el corto plazo a costas de una grandísima acumulación de riesgos en el largo. Prestar dinero a familias sin capacidad de endeudamiento pudo ser un gran negocio al instante, pero cuando estas familias, al cabo de cierto momento, dejaron de pagar sus hipotecas, quizás ya el negocio no fue tan divertido.

Las instituciones colombianas han sido tradicionalmente extractivas, usando el vocabulario de Robinson y Acemoglú. No debe confundirse con corrupción, necesariamente. Más bien, estas instituciones pueden incubar conductas oportunistas de los políticos y administradores cazadores de rentas. Un ejemplo de institución extractiva es, preliminarmente, un programa como el del denominado Agro Ingreso Seguro, que cerró el acceso a recursos a familias campesinas minifundistas y privilegió a los grandes terratenientes. Caso similar a lo que ocurrió en Venecia hacia principios del milenio pasado, cuando se llevó a cabo la fermata, tristemente célebre porque concedió el poder de decisión a las élites económicas de la ciudad en detrimento de las clases medias, los comerciantes menores, orfebres y demás. Una institución extractiva puede generar crecimiento y parecer exitosa, como lo ha sido el caso de las leyes chinas que han permitido una acumulación de riqueza sin precedentes, con importantes restricciones para las mayorías y un poder desmedido para las minorías gobernantes. Como consecuencia puede traer una pronunciada desigualdad que terminará en el largo plazo echando pérdidas. Es simple, el objetivo de estos arreglos institucionales es extraer rentas y ahí aplica una máxima económica infalible: mi beneficio, tu costo. Ganan unos y, necesariamente, pierden otros.

Bajo este tipo de análisis, ¿qué efecto tiene en el Valle moderno el hecho que durante más de dos siglos esta fuera una región de terratenientes y hacendados mientras Antioquia y el centro de país eran regiones minifundistas?, ¿cuáles fueron los incentivos que construyeron una estructura de la propiedad de la tierra tan concentrada como la del Valle del Cauca?, ¿por qué el Valle concentró buena parte de los fenómenos como la violencia, la corrupción y el narcotráfico y cuáles han sido sus efectos en el desarrollo económico?, ¿podrá el Valle del Cauca ser la región más próspera de Colombia, por encima de Antioquia?, ¿por qué Buenaventura, siendo la ciudad con el puerto más importante del país, es la ciudad más pobre del departamento? 

Estas y otras preguntas pueden tener una respuesta con un análisis mucho más riguroso desde la economía, la historia y el estudio de las relaciones de poder en la región. Lo que es historia puede ser una clave para entender el presente y dibujar el futuro. Emprender en la búsqueda de las respuestas a estos y otros interrogantes puede ser un gran planteamiento para el año nuevo que empieza en 14 horas.

Feliz Año a quienes me lean.

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