Eso es política.

La economía de los Estados Unidos tuvo en vilo a todo el mundo. Cientos de miles de trabajadores federales se fueron a sus casas cesantes, sin remuneración y con algo que marcó este clímax de la crisis de la mayor potencia mundial: con la incertidumbre de saber qué ocurrirá. Luego asistimos a un hecho que, aunque no se concretó, no deja de ser histórico y es el hecho que el Tesoro estuvo a cuatro o menos horas de declarar su primer default en su historia. En efecto, un asunto económico serio, con fuertes implicaciones en el mercado que ha depositado su confianza en la economía estadounidense y en su solidez. Una cesación de pagos de la mayor economía del mundo habría acrecentado la incertidumbre y enviado un mensaje de gran complejidad para los inversionistas. Ciertamente, un asunto económico, ¿pero qué hay en el fondo? ¿qué subyace?, el Nobel Eugene Fama lo expreso con bastante simplicidad y certeza: eso es política, no economía.

Durante 17 días los Estados Unidos trabajaron a media marcha por cuenta de un desacuerdo entre el ala más conservadora de los republicanos y los demócratas. Los republicanos con su mayoría en la Cámara de Representantes y los demócratas en el Senado no lograron acuerdos en este periodo y, sin duda, cada partido desplegó su poder para bloquear y perpetrar golpes certeros. Una batalla inútil, costosa, pero que expresó los intereses, convicciones e ideologías de cada grupo político y, en política, es precisamente la fuerza y la capacidad de demostrarla la que cuenta. El impacto en el plano económico puede suponer e imponer, entonces, la necesidad de incorporar en el análisis de lo acontecido la variable política. Nuevamente, es imposible concebir el sistema económico sin una estrecha relación con el sistema político y en el caso de lo que ocurre en los Estados Unidos es cada vez más evidente.

El bipartidismo en los Estados Unidos supone la existencia necesaria de un rol antagónico. Es casi imposible encontrar puntos donde la unanimidad surja, dado que los partidos tienen a su vez una gran variedad de posturas dentro de ellos. Aunque el Partido Republicano es de corte conservador, no es imposible hallar facciones más liberales que el Tea Party, bastante más radical que el promedio republicano. El manejo de la economía supone una notable dosis ideológica basada en la concepción que cada corriente política tenga de cómo deberían ser las cosas. A su vez, el impacto del mercado político en los mercados de capitales, bienes y servicios tiende a ser constante, en la medida misma que el sistema electoral estadounidense tiene calendario anual y los ciudadanos asisten a las urnas casi anualmente. De la alocución de la mañana de hoy del presidente Obama se interpreta el hecho que la sociedad estadounidense se encuentra fastidiada con la manera en que se construyen acuerdos y disensos en Washington y en la incidencia que están teniendo en la economía, sobre todo cuando las preocupaciones del común de los ciudadanos camina por el tema del empleo, el endeudamiento público y los programas de asistencia social. Mientras tanto, buena parte de los interrogantes de la situación económica de la mayor potencia  del mundo tendrán la misma respuesta: eso es política, no economía. 

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