La economía de la bicicleta: una oportunidad para Cali
“La bicicleta no es solo
buena para ti, lo es también para la economía”; al respecto es probable que exista un consenso: la
bicicleta es buena para la salud, para reducir la mortalidad en accidentes
automovilísticos, para reducir las emisiones de carbono e incluso contribuye a
mantener la seguridad energética. Sin embargo, al concentrarnos en el estricto
plano económico existe aún un trecho importante por recorrer para entender cuál
es el impacto de la bicicleta en la economía –la bicieconomía si se quiere-.
Para ver esto, veamos el tema de los costos médicos: casi
que por regla general, las mayores cargas de los sistemas de salud se explica
por los recursos que año a año se gastan en el tratamiento de enfermedades
crónicas prevenibles con hábitos saludables. Por supuesto, estas enfermedades
están en función de distintas variables como la alimentación, la calidad del
aire y la actividad física cotidiana. Pero la reducción de la probabilidad de
la incidencia de esas enfermedades podría precipitarse con una fracción de los
prohibitivos costos del sistema de salud: el uso de la bicicleta no solo como
elemento recreativo sino como medio de transporte. En un análisis de la ciudad
de Portland, Oregon, de Thomas Gotschi, citado por bikeportland.org, se identifican algunos datos que contribuyen a
tener una noción mucho más clara sobre los impactos positivos en la economía
local por el uso de la bicicleta: de una inversión en 605 millones de dólares
hasta 2030 en bici-infraestructura, los ahorros para la economía en costos del
sistema de salud serían del orden de 594 millones de dólares, sumados a los 218
millones de dólares por ahorros estimados en combustible y otros tantos ahorros
que hacen costo-efectiva las inversiones en bicicleta. Por supuesto, guardadas
las proporciones, es plausible que las inversiones en bicicarriles y
bici-infraestructura sea costo-efectiva también para la ciudad de Cali.
Al respecto, países como los Estados Unidos tienen en
la League of American Bicyclists uno
de los pioneros en reconocer los beneficios económicos del uso de la bicicleta.
De algunos estudios preliminares promovidos por esta organización, se encontró
que, en momentos previos a la crisis de 2009, las actividades de recreación y
turismo en bicicleta representaban 924 millones de dólares para la economía del
Estado de Wisconsin y los beneficios de usar la bicicleta reflejaron un ahorro
para el sistema de salud en ese mismo estado de cerca de 409 millones de
dólares. Otro aporte interesante, realizado por Political Economy Research Institute, compara el volumen de empleos
generados por cada millón de dólares invertidos en 58 proyectos distintos de
infraestructura: mientras en la construcción de vías para automóviles se
generan 7.8 empleos, en la construcción de bici-infraestructura esta cantidad
es de 11.4 empleos. Grosso modo, cuando en Cali se estima la construcción de
cerca de 200 kilómetros de carriles exclusivos para uso de la bicicleta
podríamos estar frente a una gran oportunidad de generar empleo e ingresos.
En una ciudad en la que entre 6 y 8 viajes diarios se
hacen en bicicleta parece imperativo asumir el reto de pensar de modo más
ambicioso cómo se pueden capturar mejor los beneficios del uso de la bicicleta
en todas las dimensiones: desde la ambiental, pasando por la salud hasta poder
establecer en términos económicos los beneficios de bajarle al uso del carro y aumentarle al uso de la bicicleta.
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