Corredor para el progreso
BOGOTÁ- Tuve la posibilidad de recorrer luego de algún tiempo sin hacerlo la autovía que une a Bogotá con Girardot, en el centro del país, y que por consiguiente es la vía de salida hacia el sur-occidente colombiano y el resto de América del Sur. Una de las primeras reflexiones que hice al ver a la zig-zagueante vía en obra estancada, con tramos sin ejecutar y otros sin ponerse en servicio y ya abandonados, es que lejos de hablar de una carreterita regional estamos frente a la vía más importante de un país de 45 millones de personas y, por qué no, una autopista de importancia continental. El sólo hecho que sea el corredor de salida y acceso de la ciudad más grande de la región implica necesariamente un análisis más fuerte. Cuando uno piensa que hace seis meses esa vía debía estar en servicio en sus dos calzadas y apenas hoy tiene 51 km. de los 174 km. planteados para unir al Valle del Magdalena con la capital colombiana, no puede menos que sentirse algo de ira, decepción y tristeza. L