Alguien tiene que ceder
La crisis venezolana no es tan simple como lo quieren hacer ver los amigos de las políticas exteriores intervencionistas, proclives a la omisión de la diplomacia en su más pura expresión y muy apegados a los dictados de la ideología. Venezuela atraviesa por una profunda crisis social, marcada por la división ideológica y la existencia de un régimen renuente al disenso; en síntesis, en el país petrolero coexisten dos sociedades antagónicas, separadas por las tesis fundamentales de sus corrientes de pensamiento político y económico. El esquema que mejor modela esta situación se define por la existencia de dos partes involucradas: el régimen venezolano, dueño del poder militar, de la mayoría de los organismos estatales y de la propaganda, defensor de un sistema económico de inspiración socialista y de un sistema político alejado del pluralismo y, por el otro lado, la oposición, que cuenta con una situación de desventaja y es que carece de un liderazgo único y se presenta dividida