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Cali, ley y justicia

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El asesinato de un hombre, que llevaba a su hija al momento del atentado, ha conmocionado a Cali. No sólo por la extrema barbarie del hecho sino porque resultó implicada una menor de edad, prácticamente una bebé, quien perdió a su padre y por poco pierde su vida. Más allá del caso puntual, este es otro episodio de una ciudad que no logra salir de la espiral de violencia en la que está inmersa desde hace más de dos décadas y que parece una herencia maldita del narcotráfico, del conflicto armado y de sus efectos en la región. A esto se suma un aumento de los hurtos callejeros y de la percepción de inseguridad de los ciudadanos, lo que hace que hoy se crea de forma generalizada que vivir en Cali es estar en una situación de constante peligro. Hay que empezar por entender los determinantes del delito en Cali: por un lado, sin duda que la influencia del negocio de las drogas ilícitas sigue siendo la variable que más incide en la violencia y la criminalidad en la ciudad. Por un la...

Siloé y el mensaje que le queda a Cali

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El mes pasado, unas cifras compartidas por Juan Gossaín suscitaron toda una controversia, al presentar un panorama de crisis en Cali. Si bien a tiempo se pudo controvertir que la realidad económica es distinta a la planteada por el reconocido periodista, sí dejó un planteamiento que tras la emergencia de ayer por las lluvias no debería seguirse tomando a la ligera: en Cali hay una ruptura entre el núcleo próspero y la periferia empobrecida. Y esto no solo incluye al Distrito de Aguablanca, sino a los asentamientos irregulares que se fueron desarrollando a lo largo de los cerros y que hoy conforman la comuna 1, la comuna 20 y la comuna 18. En las periferias de la capital del Valle coexisten el desempleo, el subempleo, la violencia, la falta de infraestructura, la baja calidad y cobertura de los servicios y, ahora, queda en evidencia que también sufren con mayor intensidad los rigores del clima cambiante. Ayer murieron seis personas en una humilde vivienda de Sil...

El encanto populista

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Cuando la gente piensa en populismo suele asociarlo con regímenes de izquierda, asistencialistas y con agendas basadas en discursos cautivadores de masas. En los últimos años, con el auge de los gobiernos progresistas en América Latina ha sido muy usual que el término populismo haya sido sobre-explotado para referirse a Chávez, Kirchner, Correa, Ortega y Evo, entre otros. Y es que uno de los rasgos esenciales del populismo es el hecho de extender los límites del Estado, usar un discurso de profunda identificación con las causas más nobles de la sociedad y proclamar el fracaso de los esfuerzos de la clase política dominante para justamente abanderarlas. Bajo ese discurso ascendió Hugo Chávez, Rafael Correa, Daniel Ortega, los Kirchner y Evo Morales, por citar los casos más representativos. Y, por supuesto, en Colombia no hemos escapado de esa marea de políticos populares. En estas últimas semanas de tanta agitación, con el tema del plebiscito y la reforma tributaria, han surgid...

Radiografía al Sí y al No en Cali

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La noticia dice que en Cali ganó el Sí de forma contundente. En el casco urbano de Cali, esta opción en el plebiscito ganó en 18 de las 22 comunas de la capital vallecaucana y dejó a la ciudad como la que, después de Bogotá, fue la que más aportó al resultado de la consulta. La información recopilada por algunos economistas y analistas ha permitido sacar una primera conclusión: el centro del país, excepto Bogotá, tuvo una mayor prevalencia del NO, mientras en la zona de las periferias -incluido el Valle del Cauca-, la votación fue por el SÍ. El relato entonces ha sido contundente: el centro más rico, más industrializado, más urbanizado, menos golpeado por el conflicto negó la aprobación de los acuerdos, mientras el resto del país más rezagado fue más entusiasta y los aprobó. Sin embargo, ¿cómo se comportó el tema electoral en Cali?, ¿se repite el patrón centro-periferia como en el nivel nacional? En otros términos: ¿las zonas con mayor pobreza en la ciudad marcaron Sí, mientras l...

A recoger las mariposas amarillas

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Contra todos los pronósticos el NO se impuso. Por muy poco margen, suficiente para decir que aquí si bien por regla democrática hay un vencedor, por aritmética y cuestión política no hay un dirigente o partido ganador apabullante ni un vencido humillado. Evidentemente hay reflexiones que se deben dar: los grandes partidos, que controlan el Congreso y la mayoría de las corporaciones en departamentos y municipios respondieron tímidamente al llamado del Gobierno. Esto deja al descubierto la fragilidad de nuestra democracia: dependencia absoluta de la capacidad instalada de las maquinarias -sin contratos ni dinero en cantidades no se mueven-; Santos y su equipo estaban convencidos que sus aplanadoras funcionarían, ¿o cómo se explica que en Antioquia gana el candidato oficialista a la Gobernación pero pierde la opción promovida en el plebiscito por el oficialismo? Esto demuestra que en ausencia de maquinarias, la gente vota con incentivos y motivaciones distintos, incluso pueden vota...

La renegociación como alternativa

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Analicemos rápidamente el argumento de los promotores del No que sostiene que la mejor opción es rechazar el acuerdo final para forzar así una renegociación. Por supuesto, no es un argumento que pueda desecharse sin haberse procesado lo suficiente. El postulado es sencillo: decir No a un acuerdo que, según lo dicho por sus promotores, no ofrece castigos basados en prisión a los delitos de lesa humanidad, no garantiza reparación a las víctimas, otorga poder político excesivo y pone en riesgo la propiedad de la tierra en Colombia. A continuación, entonces, enuncio unas razones por las cuales la renegociación no solo es inviable sino improbable: 1. El Acuerdo Final tiene como objetivo terminar el conflicto. Su objetivo no es la justicia, ni la verdad, ni la reparación, sino que todos estos componentes son herramientas para la construcción de la paz. La negociación entre el Gobierno y las FARC tuvo como razón de ser el abandono de la lucha armada con fines políticos a través d...

Los cálculos de la paz

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En la evaluación de proyectos se estima el beneficio neto de una iniciativa tras restarle a los flujos todos los costos, gastos e impuestos. El beneficio neto de una inversión, por ejemplo, es lo que realmente le queda libre al inversionista. Bajo esta sencilla lógica funciona también el acuerdo final alcanzado con las FARC. Tal y como está planteado el debate hoy entre los promotores del Sí y del No, parece que además estamos divididos entre quienes vemos que descontando los costos -además de corto plazo- el beneficio sigue siendo positivo y entre quienes creen que los costos son tan elevados que hacen inviable el proyecto mismo de la paz con las FARC. No obstante, no deja de ser insólito que exista tal arraigo entre muchos sectores de esa última idea, hasta el punto que la terminación del conflicto con la mayor agrupación armada del país -una guerra de cinco décadas- pareciera irrisoria. Creo que hay entonces tres nociones al respecto: El primer argumento es que no puede...