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Mostrando entradas de abril, 2010

La educación para el desarrollo

Existen fenómenos sociales que son causa de las brechas sociales y a su vez consecuencia de las mismas. La educación en Colombia, y especialmente la enseñanza superior, presenta con claridad esta situación: la baja cobertura y la calidad de la formación que reciben muchos de los estudiantes universitarios del país se explica como una causa de las brechas sociales pero también se puede decir que se explican como una consecuencia de las mismas. Un bachiller pobre no accederá por sus propios medios a una universidad privada de alta calidad, por los elevados costos que esto implica, a no ser que sus capacidades lo faculten para ingresar a una universidad pública o para recibir una beca que financie su educación, no obstante la situación se agrava en aquellas regiones en que la oferta educativa es precaria. Pero, por otro lado, un egresado de una universidad que le ha impartido una educación de baja calidad y cuya proyección profesional es muy discreta hará parte ineludible de los abismos s

El derecho a la justicia

"Las naturalezas inferiores repugnan el merecido castigo; las medianas se resignan a él; las superiores lo invocan." Arturo Graf En la noche del domingo se presentó un documental, sin dejar de lado el sensacionalismo característico de los programas de investigación, que puso de manifiesto la existencia de una tara severa en el sistema judicial colombiano que bien merece la atención de gobernantes, legisladores y hacedores de la justicia. Por una parte está sentado un gran problema económico al interior de los estrados judiciales: mientras el crimen tiene tasas ascendentes y rendimientos crecientes, la acción efectiva de la justicia tiende a mantenerse constante en el mejor de los casos y por consiguiente ostenta unos rendimientos decrecientes. No en vano estiman algunos analistas que hoy en Colombia existen represados en las cortes judiciales cerca de 1 millón 800 mil casos, muchos de ellos con varios años de documentación acumulados y que imprime al sistema legal colombiano

El juego de la guerra y la paz

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Robert Aumann, premio en Ciencias Económicas del Banco de Suecia instituido en honor de Alfred Nobel en 2005, asegura en el momento de recibir este reconocimiento por su análisis económico de la guerra y la paz desde la teoría de juegos que los conflictos armados son las principales causas de la miseria humana. Es por ello que dentro del estudio de la guerra conviene desplazar los estudios pragmáticos de conflictos discretos y específicos por un análisis general y profundo de las determinantes de la guerra, como lo haría el médico con una enfermedad, para antes de curarla entender a qué se enfrenta. Durante muchos años se ha hecho esfuerzos loables en la búsqueda de alternativas de resolución de los conflictos, pero siempre partiendo de un supuesto que tiende a diluirse cuando nos adentramos con mayor juicio en el análisis de los factores que determinan la guerra: siempre asumimos como realidad que ésta es un acto irracional. La guerra ha acompañado a las civilizaciones desde los mism

Preferencias electorales y la crisis del desespero

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Estamos a poco menos de un mes y quince días de la primera vuelta de la elección presidencial en Colombia, la segunda más llamativa de las tres que ha habido en la primera década de este siglo. Para el 30 de mayo las preferencias electorales estarán consolidadas y como es de estimarse, no se elegirá ese día al sucesor de Álvaro Uribe Vélez. Con el debate de los candidatos presidenciales de la noche del pasado domingo se concretaron varias observaciones. La primera de ellas consiste en una dispersión ideológica entre quienes quieren acercarse al pensamiento que posibilitó la elección y la reelección del actual Gobierno y su protagonismo invulnerable durante los últimos ocho años y quienes se presentan como renovación, cambio y justicia, sin lograr dilucidar concretamente un argumento contundente. Es lógico que tanto los candidatos estén buscando capturar las preferencias de los electores como que éstas aún estén en fase de acoplamiento con el contexto político actual, producto de las

Competencia inédita

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Es una competencia inédita. La campaña por la presidencia de la República no se asemeja en lo absoluto a las campañas de antaño, donde el bipartidismo era la regla y la repartición del poder pasaba de nombre en nombre pero nunca cambiaba de manos. La campaña de hoy por eso parece atípica; por una parte no hay disyuntiva de derechas e izquierdas o de partidos tradicionales, pero está el deseo de una mayoría de mantener el legado de dos gobiernos consecutivos de Álvaro Uribe Vélez. No obstante el ejercicio de la política es el mismo, visceral, polarizante y carente de argumentos, en eso esta campaña se asemeja a todas las anteriores. En la cabeza de las preferencias de los electores está Juan Manuel Santos, uribista ortodoxo y quien finalmente se destapó como el preferido del presidente, en quien éste y sus seguidores más cercanos ven como el heredero de los aspectos más relevantes del saliente jefe de Estado. Pero en el otro lado está Antanas Mockus, un político particular, moderno y si

Ya vas tejiendo la red

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Como el bolero, parece que Chávez día a día teje la red de lo que es sin duda una estructura despótica, autocrática e ideológica que viene definiendo los destinos de Venezuela. Por una parte el pretendido interés del presidente venezolano de abolir el sistema capitalista y culparlo de todas las desgracias sociales del coloso petrolero. No obstante los vicios políticos y los fallos de gobierno se mantuvieron y, no es arriesgado decirlo, se profundizaron en la década que lleva el régimen bolivariano. Cada día la democracia venezolana se deteriora más y las conductas del jefe de Estado y de Gobierno se asemejan a las de un dictador. No en vano el Gobierno controla todos los poderes del Estado, hasta la defensoría del Pueblo , y aquellos cuerpos políticos y judiciales que deberían mantener el equilibrio han dado un giro en una proporción similar al del Ejecutivo. Pero la última conducta que confirma los aires autoritarios del líder venezolano es haber encontrado en Colombia el pretexto ad

Criminalidad en Colombia: ¿de quién es el muerto?

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Aparecen las cifras que revela Medicina Legal sobre la composición de los homicidios en Colombia y como era de esperarse los análisis mezquinos no tardaron en aparecer. Según la directora del instituto forense colombiano sólo el 8% de las muertes violentas en Colombia están asociadas al conflicto interno, es decir, el 92% de los asesinatos en el país se cometen por motivaciones criminales, delincuencia común, violencia intrafamiliar y fenómenos asociados a la violencia urbana que, según el mensaje tácito del informe y de los análisis posteriores, no se relacionan con el conflicto armado. Para un observador desprevenido la aseveración que dice que la violencia urbana no se cointegra con el conflicto armado pasa por cierta, no obstante algunos análisis sugieren lo contrario, argumento que finalmente resulta mucho más consistente. Por una parte parece conveniente mencionar que si la proporción de muertos por el conflicto armado fuese superior, o en el peor de los casos fuese la mayor cau

¿Quién debe ser el presidente?

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Como pocas veces antes Colombia vive una época electoral atípica. Luego de dos semanas de los comicios electorales del Congreso, que aún no se configura definitivamente, queda claro cuál es el panorama político del país y sugiere que el uribismo, corriente de derecha conservadora, se mantiene fuerte entre el electorado colombiano. No es sorprendente ver ese resultado si se tiene en cuenta que por mal que le vaya al presidente saliente su aprobación estará por el orden del 70%, nada mal en una nación donde los presidentes entran por la puerta grande a la Casa de Nariño y salen como la cenicienta con el hechizo roto. Así las cosas es previsible que el próximo presidente sea alguien que en el caso más adverso para el uribismo tendrá tesis similares a las que, por lo menos en el papel, caracterizaron los últimos dos mandatos. Pero un punto donde no hay un candidato que tenga el ímpetu para imponerse en la primera vuelta electoral sugiere que los votos no tienen un carácter endosable y que