Entradas

La línea del populismo

Aprovecho para agradecerle al señor Vicepresidente que haya por fin tenido la dignidad de guardar silencio y no seguir agitando las aguas por una discusión tan estéril como carente de absoluto fundamento. Como lo señaló María Isabel Rueda, no hay nada más populista que usar el tema del ingreso como caballito de batalla en la arena política. Es que el Vicepresidente Garzón supo que era esa la oportunidad de mostrarse como el adalid de las masas populares: no hay mejor discurso que seduzca masas como aquel que ataca al sistema económico, la mala distribución del ingreso y el cinismo de las clases dirigentes con los humildes bolsillos del pueblo. Y esto no es culpa del pueblo. Finalmente él escucha lo que quisiera oír, más cuando la pobreza y las dificultades económicas lo carcomen. Sin embargo, lo execrable es que un político abuse de esos deseos insatisfechos, los denuncie, los amolde a su discurso y a su proyección como caudillo pero, como suele suceder, resulte que más allá de...

Idiomas distintos

La discusión entre el vicepresidente de la República, los asesores de Planeación Nacional y ahora el principal movimiento político de la Coalición de Gobierno, el partido de la U, parece una discusión entre quienes hablan distintos idiomas. Pareciera que el deseo loable del Vicepresidente Garzón de hacer justicia al rechazar que una persona no sea considerada pobre si devenga 190.001 pesos es un acto de sensatez con los millones de colombianos que, según el Departamento Nacional de Planeación, dejaron de ser pobres a la luz de las estadísticas oficiales del Gobierno. Me parece estar frente a un caso muy recurrente en la ciencia económica moderna y su incapacidad de relacionarse adecuadamente con la política real. Y es una incapacidad en la medida que optó por metodologías rigurosas desde el punto de vista matemático. La medición de la pobreza requiere que todos los fenómenos y las variables consideradas en un modelo de estimación de la distribución de los ingresos entre la poblaci...

Impacto Profundo

¿Qué tan profundo fue el impacto de los sucesos del 11 de septiembre de 2001?, luego de una década, es posible decir que los efectos desencadenados trascendieron y marcaron toda una década. Cual mordida de víbora, el dolor de los feroces dientes se juntó con los efectos devastadores del veneno. Nadie pudo imaginar que aquella mañana de otoño, infame e indeleble en la historia moderna, sería el inicio de una era agitada y de una fuerte polarización entre civilizaciones. Sin lugar a dudas, cuatro aviones comerciales secuestrados con el objetivo de estrellarse deliberadamente contra los símbolos de la hegemonía occidental eran un mensaje claro del odio profundo que en el oriente que despierta occidente liderado por los Estados Unidos, donde el fanatismo religioso engendró desprecios que aquella trágica mañana dejaron más de dos mil muertos y cientos de desaparecidos, además del orgullo de una nación destrozado. Cuando aquella mañana el presidente George W. Bush declaró que ese no ...

Cargas impuestas

En el siglo XVIII el francés Barón de Holbach tenía una muy elocuente descripción de la eterna discusión sobre la tributación: " ¿Qué confianza puede tenerse ni qué protección encontrarse en leyes que dan lugar a trampas y enredos interminables, que arruinan a los pleiteantes, engordan a los curiales y facilitan a los Gobiernos el cargar impuestos y derechos sobre las disensiones y pleitos eternos de sus súbditos?"; y es que son pocos los países que han desarrollado sistemas tributarios eficientes por un lado y promotores de la equidad por el otro. En un contexto global, en los Estados Unidos la tesis neo-conservadora de liberar de cargas tributarias a los más ricos pronto engendró un ser despreciable: mientras las grandes fortunas pagan muy por debajo de sus posibilidades reales -cerca del 15% de sus rentas-, un empleado de estos grupos empresariales pueden pagar el 35% de sus rentas a las arcas del Gobierno en un evidente gesto de desigualdad por su parte. Claro, la filo...

La importancia de lo local

Se aproximan las elecciones regionales y aparecen en escena los engranajes con que el sistema político colombiano opera en la esfera local. Rara vez, excepto para las elecciones del Alcalde Mayor de Bogotá, las elecciones locales despiertan demasiado entusiasmo entre la opinión pública. Quizás esa ausencia de entusiasmo radica en una histórica percepción que asume a los gobiernos locales como menores de edad sin capacidad de incidir en las condiciones socioeconómicas de su comunidad o como entidades subyugadas al orden nacional. No obstante, lo curioso del asunto está en que los municipios y entes territoriales fueron concebidos como instrumento para aumentar la eficacia prestacional de un Estado que no lo consigue todo ni puede hacerlo así fuera su noble propósito. En el debate de los candidatos a la Alcaldía de Bogotá emergió anoche un concepto interesante: las ciudades deben ser competitivas para procurarse un crecimiento económico elevado y sostenido, con repercusiones en el merc...

De plazos y urgencias

El famoso economista británico John M. Keynes se hizo célebre, entre otras cosas, por recordar que el largo plazo se volvió una guía engañosa para los asuntos actuales. La mayoría de los economistas ortodoxos optaron por ponérsela muy fácil, tan fácil que a ratos su tarea parece inútil, como que en temporadas tempestuosas lo único que pueden decir es que después de la tormenta el mar vuelve a la calma. La muestra es que las causas de la pobreza y de la desigualdad no han sido reveladas por la economía como disciplina y más bien hemos asistido a un espectacular juego de axiomas. Basta recordar los cursos de microeconomía y macroeconomía, en que los conceptos de corto plazo y largo plazo aparecen con notable frecuencia para explicar respuestas a situaciones hipotéticas: en un modelo de economía competitiva, en el corto plazo las empresas enfrentan costos fijos y variables y en el largo plazo los beneficios atraen más competidores que progresivamente disminuyen el atractivo del otrora ren...

El riesgo es el extremo

Con gran efecto en los medios la agencia calificadora S&P rebajó la calificación de riesgo de los títulos de deuda de los Estados Unidos y la reacción no pudo ser otra: euforia, revanchismos ideológicos y políticos y un mar de incertidumbre sobre el avenir de la turbulenta economía mundial que, se quiera o no, tiene su núcleo duro en el mundo desarrollado y no en las economías emergentes, por vigorosas y prometedoras que sean. Sin embargo es notorio que las mismas agencias que hoy castigan a los Estados Unidos y ponen sus ojos sobre otras economías relevantes como las europeas, hace unos años respaldaban títulos 'tóxicos' de créditos hipotecarios impagables de los consumidores estadounidenses que no resistieron las altas tasas de interés de sus deudas. Las agencias fueron importantes asistentes a esa fiesta de excesos de los mercados y gobiernos en que se patrocinó la acumulación de beneficios en el corto plazo y un peligroso cúmulo de riesgos de largo plazo que hoy recuerd...