Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2010

Pequeños Gigantes

Con bastante fuerza se registró la aparición de China como la segunda economía del planeta, desplazando a Japón, del mismo modo que la economía española cedía su lugar a Brasil , que se erige hoy como una de las diez economías más grandes del planeta. Como concuerdan varios analistas, la pregunta no era si llegaría el día en que las potencias emergentes ocuparían lugares como esos en el que llamo concierto de naciones, sino cuándo sería ese momento. Era algo que debería suceder, hace parte del carácter dinámico y en cierta medida evolutivo de la Historia universal. Hace cinco o seis siglos los turcos dominaban los caminos comerciales e imponían cual subastador las condiciones del uso de las vías comerciales, flexibilizándolas a su antojo a sus aliados o al mejor postor. Ese mismo hecho sucedía en el siglo XIX cuando las potencias coloniales europeas gobernaban el comercio y la actividad económica en tres cuartas partes del mundo y en el siglo XX cuando los Estados Unidos imponían sus c

Regalos para todos

Imagen
Quizás así debería denominarse la manera en que se entregan las regalías producto de la explotación del subsuelo en ciertas regiones de Colombia. Llegan por montones, como regalos, pero al echar un vistazo a ciudades como Yopal o cualquier municipio de las vastas llanuras petroleras colombianas se encuentra uno con todo menos la presencia de las millonarias inversiones públicas, que no son más que la ganancia que le queda al Estado colombiano por la explotación mineral, especialmente la petrolera. Sin embargo llegan como regalos mal distribuidos: muchas veces se premia a quien debería en su lugar recibir un castigo. No se necesita pensar como un gran analista para entender que si unos recursos se despilfarran hay que tomar medidas inevitablemente, que son bien cerrar el flujo de dineros de una entidad a otra donde el mal uso de estos o, peor aún, su robo están garantizados, o sencillamente reformar la manera en que se administran y asignan tales recursos que no son en lo absoluto despr

Empleo y crecimiento: dejémonos de fantasías

Gracia y Urdinola (2000) plantean una conclusión, que más parece una sentencia, que sin duda sirve para sustentar lo que pretendo afirmar en esta oportunidad. Muy particularmente este par de economistas encuentran una relación funcional fundamental: entre crecimiento económico y la variable empleo existe una relación positiva y aproximada de uno a dos, es decir, por cada dos puntos de crecimiento económico crece en cerca de uno por ciento el nivel de empleo. También se ha encontrado que las fluctuaciones del empleo son mayores que las del producto, lo que implica que ciertos fenómenos generan cambios importantes en el desempleo. Esto es, así como la economía colombiana puede crecer en un cinco por ciento (5%), una ruptura en las relaciones comerciales entre Colombia y Venezuela podría llevar al traste los esfuerzos de generación de empleo. Por razones que son hasta intuitivas, es plausible pensar que una expansión del producto arroja un crecimiento inducido de los ingresos de los traba

Legalización: ¿ver a través de los dedos?

Imagen
En Holanda existe un dicho para describir la situación en la cual una persona ve lo que quiere ver: alles door de vingers zien ; acción de ponerse la mano en la cara y taparse los ojos pero permitiéndose ver lo que conviene a través de ellos. Parece que la discusión de la legalización -y el de la prohibición- toma en consideración sólo algunos aspectos y por eso quienes participan activamente en la discusión terminan viendo lo que quieren ver y no más. La discusión de la legalización toma forma en México, donde la sangrienta guerra contra el narcotráfico ha producido en cuatro años cerca de 23 mil muertos y una especie de era del terror que tiene atemorizadas a ciudades enteras de los estados norteños y fronterizos con el principal consumidor del mundo: los Estados Unidos. El Estado mexicano, en una abierta política militarista que ha buscado acorralar al narcotráfico por las vías de las armas, como lo viene haciendo Colombia desde hace casi dos décadas, afronta una batalla contra un f

Cumbre de Santos y Chávez: ¿paz y amistad?

Imagen
La opción de la guerra puede parecer a priori la opción más rápida. Pero no se debe olvidar que después de hacer la guerra, hay que construir la paz. Hace sietes años esta frase retumbó en el recinto del Consejo de Seguridad de la ONU, pronunciada por el entonces ministro francés Dominique de Villepin, y que pretendía disuadir los ánimos de las naciones aliadas a los Estados Unidos de apoyar la invasión a Irak. Y la cito ahora, nuevamente, cuando se espera con expectativa la primera reunión entre el presidente de Colombia y el presidente de Venezuela después de un periodo oscuro en las relaciones diplomáticas entre ambos países. Para muchos lo correcto después de tantos altibajos entre los Gobiernos debería ser un escenario o bien de jurisdicción penal internacional o bien de la misma guerra. Y es claro que en Colombia habrá siempre malestar por el hecho de que Chávez haya sido tradicionalmente un defensor tácito de la lucha armada que repugna a los colombianos y que enarbola tanto las

Le llegó la hora a Colombia

Imagen
Si bien son asuntos en plata blanca intrascendentes, someter a revisión las tres últimas posesiones presidenciales podría permitir identificar cómo una ceremonia de transmisión de mando termina describiendo con alguna precisión el contexto en el que se desenvuelve un presidente saliente y uno entrante. Hoy recuerdo la posesión del año 2002, carente de todo sentido protocolario por las tensiones a las que se había sometido el país luego de la ruptura de los diálogos de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC. Como en efecto se había temido, esa tarde, cuando asumía Álvaro Uribe Vélez como Presidente de la República, las FARC dieron uno de sus golpes más tenebrosos al atacar a la Casa de Nariño, ni más ni menos que la residencia oficial de los presidentes de Colombia. Aunque en 2006 las cosas no fueron iguales, la ceremonia de transmisión de mando seguía reflejando el orden de las preferencias de la agenda política de la sociedad colombiana y de su Gobierno: la seguridad, con ín

Cálculo político

Hace cinco años el suburbio parisino de Clichy-sous-Bois, un municipio francés del este de la región de Île-de-France, ardía en llamas a causa de las revueltas protagonizadas por inmigrantes y franceses de ascendencia extranjera, particularmente africanos y árabes, que bajo el pretexto de protestar por la muerte de un inmigrante en extrañas condiciones en una persecución policial, reclamaban que el país de la libertad, la igualdad y la fraternidad les reconociera sus derechos del mismo modo que les exigía sus deberes. La respuesta, meses después en Argenteuil, otro suburbio de París, por parte del entonces ministro del Interior y hoy presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, fue tan dura como polémica, al llamar a los inconformes "escoria" (en francés racaille ) y así sentar uno de los debates más incesantes e intensos en los países desarrollados, que como buena parte de Francia, España y los Estados Unidos, son receptores del primer orden de extranjeros, casi siempre desposeíd

Para la posteridad

Imagen
Queda para la posteridad el juicio que hará la Historia al Gobierno de Álvaro Uribe, que culmina el próximo 7 de agosto. Faltan tres días para haber concluido uno de los periodos presidenciales más llamativos de las últimas décadas y, desde luego, el debate está abierto. Sin caer en extremismos evitaremos cometer excesos tales como creer que todo lo que caracterizó al Gobierno saliente fue exitoso o, en el lado opuesto, creer que el Gobierno que culmina ha sido lo más nefasto que haya tenido que afrontar Colombia. El Gobierno de Uribe merece, cuando menos, un juicio riguroso, porque ciertamente ocho años de gestión no pueden pasar en vano y más en un país en el que los problemas cuando no son confrontados suelen desbordarse. Desde la anterior campaña presidencial se enarbolaron tres banderas de lo que, supondremos en lo sucesivo, será el legado de Uribe Vélez. Aunque haré énfasis en dos. Conviene empezar por lo que marca ahora el interés de la agenda política colombiana: la economía y