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Mostrando entradas de enero, 2014

Mentiras bien narradas

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Andrés Felipe Galindo Farfán Una mentira bien narrada suele tener forma de una verdad bien revelada. El señor Fernando Londoño Hoyos, opaco ministro del Interior en el primer Gobierno de Uribe, es un excelente demagogo: sabe muy bien disfrazar como una gran verdad una mentira que, infortunadamente, un observador desprevenido no podría descubrir. Justo ayer, Londoño describe el proceso que ha venido teniendo la mayor empresa colombiana, Ecopetrol, en donde se ha visto cómo su acción en este último año ha venido mostrando una tendencia a la baja ante unos resultados menos halagadores que los de 2012. No obstante, este columnista sugiere que Ecopetrol enfrenta una debacle, producto de una política errada y torpe del Gobierno y de la capacidad de las Farc para hacer que la mayor empresa del país esté en su peor momento. Una tesis que le viene bien al populismo basado en el miedo que impulsa el Centro Democrático y que por lo estrafalaria, debería ser vista con lupa.  Es cierto que e

Con toda seguridad

Las cifras de seguridad han generado un enfrentamiento aún mayor entre el la derecha uribista -extremista radical- y el Gobierno de Juan Manuel Santos, lo que ha acentuado las diferencias entre los hoy rivales políticos más importantes del país y antes aliados incondicionales. En efecto, el mayor éxito del Gobierno de Uribe fue haber controlado la violencia creciente del país y generar un entorno de confianza en torno a la capacidad del Estado de ejercer el monopolio de las armas e imponer la autoridad en un territorio que había sido fraccionado por la acción beligerante de ejércitos irregulares. Sin embargo, en la medida en que el debate político se enfoca en las elecciones de este año, es importante identificar lo que realmente ocurrió en ese periodo y retirar ese velo que hay alrededor de la gestión del pasado Gobierno para garantizar la seguridad de los colombianos. Primero, es importante reconocer que entre 2002 y 2010 hubo un decremento en las variables asociadas a los delit

La desigualdad que concebimos

La desigualdad termina por ser una expresión y un arraigo en las sociedades y, es necesario advertirlo, trasciende a la simple cuestión de ingresos. Colombia es un país profundamente desigual, a pesar de los notables avances de los últimos años, sin embargo nadie duda de la brecha inmensa entre las clases con mayor ingreso y las de menos. Con un análisis más detallado, uno encuentra que la economía colombiana ha crecido casi dos veces en las últimas dos décadas, y aún así, la desigualdad casi se mantuvo intacta y la pobreza apenas si se redujo en unos cuantos puntos porcentuales, muy por debajo de la expectativa. Para medir la dimensión del problema, en ese periodo el 10% de los colombianos más ricos se quedaban con la mitad del PIB, mientras el 10% más pobre de la población se queda con el 0,6% del PIB. Sin embargo a los ojos de un observador desprevenido estas cifras palidecen ante los abismos que hay, por ejemplo, entre las infraestructuras y de los bienes públicos que disponen los